Mi siesta no fue agradable, porque me la interrumpieron, pero el fin de semana sí.
No salí tan enojada del partido como la vez pasada, por lo menos jugué un tiempo. Bueno, de a poco son las cosas. Volví semicansada, y con hambre. Rechacé un choripán, y comí ensalada.
Believe it or not.
domingo, 4 de octubre de 2009
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