sábado, 9 de mayo de 2009

Cuestión de actitud

"Pensaba en la coherencia, la maldad, las personas. Cada vez que me descubro observando a la gente, entro en conciencia de cuan diferentes somos entre nosotros, y lo bueno y lo variado que resulta eso. ¿Pero cuando uno no aprende a aceptar las diferencias? Las ganas de no ayudar, el desinterés, en estado puro, ¿existen? ¿Se le puede desear lo peor a una persona sin que la culpa nos invada ni un poquito? Son cosas que no entiendo. ¿Cómo es posible que un ego se alimente del dolor y el sufrimiento ajeno? ¿Qué rebajando a X uno se sienta superior? No tiene lógica rebajar a alguien diferente. Nadie es quien para marcar superiores o inferiores, por ese simple hecho, el de ser diferentes. Arrodillar a alguien no te hace más alto. Decirle feo no te brinda más belleza. Tratarlo de idiota no te hace más inteligente. Criticarlo no te hace superior, ni te resta defectos. Entonces, ¿cuál es el sentido de hacerlo sentir mal? ¿Comprarle una careta a nuestros egos, para que no se vea realmente lo destrozados que están? Es increíble cuánto se complica es ser humano a veces, cuanto se enrosca, siendo que la respuesta siempre es más sencilla de lo que parece...y más fácil."




Una de las anotaciones de mi cuaderno, que no suelo compartirlas mucho. Somos tan ilógicos algunas veces, tan estúpidos al creer que nuestro egoísmo sólo afecta al resto, cuando en realidad los que nos estamos pudriendo por dentro somos nosotros.

Si uno no escucha, es imposible que entienda.
Si uno no entiende, es imposible que valore.
Si uno no valora, es imposible que se interese.
El desinterés es uno de los motivos por el que estamos como estamos.

¿Qué tanto nos puede costar un poco más de voluntad?

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