viernes, 3 de abril de 2009

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La última vez, Morena tenía miedo. Miedo de que se olviden de ella, de que María ya no la encontrase divertida y linda como cuando llegó. Después, cuando se hizo amiga de las otras muñecas de la habitación, todo parecía marchar bien. Ayer Morena soñó que María y las demás le decían que no la querían más, que ya habían encontrado reemplazo. Y lloró mucho. Cuando despertó, pensó que todo iba a ser mejor, pero sin embargo, estuvo todo el día sentada sobre la cama, sin que nadie le prestara ni un poco de atención. Es cierto que los humanos no tienen telepatía, pero ella es una muñeca muda, no puede expresar lo que le pasa, a menos que jalen de el cordón que cuelga de su espalda..

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