Domingo 6 de Abril de 2008
Tuve un día fuera de lo normal, y estuve continuamente quejándome de que fue aburrido, y ahora al finalizarlo, vino a mí una sensación de desagradecimiento, no agradable apropósito. Nunca suelo sentirme desagradecida, el “gracias” me sale naturalmente, y soy bastante sentimental en cuanto a lo que se refiere a valorar las cosas.
Tuve un día fuera de lo normal, y estuve continuamente quejándome de que fue aburrido, y ahora al finalizarlo, vino a mí una sensación de desagradecimiento, no agradable apropósito. Nunca suelo sentirme desagradecida, el “gracias” me sale naturalmente, y soy bastante sentimental en cuanto a lo que se refiere a valorar las cosas.
Tranquila y pensativa, reflexiono en que hoy me concentré en que estuve todo el día en mi casa, cuidando a mi hermana, no habiendo seguido la “rutina” religiosa semanal, y molesta por el malhumor de mi papá.. en vez de en la reunión con parte de la familia de mi abuelo materno (aunque no seamos muy unidos como pasa con las otras partes de mi familia, formamos parte de la misma), por motivo del bautismo y 1er año del sobrino segundo de mi mamá, en el llamado con esa voz gratificante deseándome “feliz día de la novia”, en que mi abuela paterna salió bien de su operación, en la charlita telefónica con mi tía, a la que tanto quiero...
Y nuevamente, yo que constantemente hablo del “disfrutar”, releyendo esto, me siento desagradecida.
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